Tuesday, December 05, 2006

Olvido

El frío se colaba por la ventana, una mañana como otra más. Despertaba de nuevo, y lloraba. Un llanto seco, sin lágrimas, sentía dolor en su pecho. No era dolor que pudiera provocar cualquier arma mundana, era dolor del alma. Casi podía sentir como se desgarraba por dentro.

Casi podía ver los jirones de su espíritu estirándose al punto de casi reventar, como los tendones de un animal en la carretera, abriéndose a cada paso de un automóvil que lo pasa por las llantas una vez más.

Miraba escudriñando el horizonte por oriente, ansiando la salida del sol. Esperando que esta vez si fuera un nuevo amanecer, esperando que el calor recompusiera su alma amoratada y desgajada.

Y ahí estaba, nuevamente el sol se asomaba por detrás del perfil de la ciudad, anunciado por el ronroneo citadino y la oscura bruma de un progreso que no atinaba a enderezar el rumbo. Se volteó sonriendo, mirando al sol, pero el calor no llegaba, la luz no le quemaba, no era el dia.

Bajó la mirada y tomó su ajuar cotidiano, se cubrió con su saco, y salió a la calle, otra vez, con la sonrisa vacía, la mirada como cualquier otro dia, su ilusión empacada en algún bolsillo de su pantalón, queriendo encontrar su fin en ese nuevo dia… otra vez.

Y otra vez, sin mirar atrás, sin darse cuenta que su alma no iba con él. Otro dia a solas, aun sin el mismo. Detrás de él, en su casa, su alma, recobrándose del cerrón de puerta en plena cara, esperando su regreso para que, quizás al dia siguiente, ahora si, él quisiera que su espíritu realmente le acompañara a vivir.

1 comment:

ac said...

Me deja un regusto tristemente amargo...

Ugh. Me estrujó el corazoncito :( (aunque hay quien dice que no tengo... shhhh, tú no hagas caso)