Y en este momento del andar, no me angustio, mas porque me doy cuenta de lo que esta pasando, del por que de esta “calima”. Estoy tranquilo, como cuando llego a la playa y contemplo las primeras olas, y siento las primeras caricias del mar. Descubriendo que mi vida es así, como el océano. Una ola siempre será seguida de otra. Y nunca la siguiente será igual a la previa. Es la magia, es el saborcito que adereza cada paso…
Fue en ese momento que recordó en donde estaba… volteó por encima de su hombro, y le sonrió a su hijo que iba sentado en el asiento de atrás del ligero biplano. Le hizo la señal del pulgar arriba y le dijo: Listo “calamaro”? Te toca volar a ti!
Y el “calamaro” como asi le solia decir, tomó control del avión y lo dirigió hacia el horizonte, iniciando la nueva aventura aquella tarde de abril.
1 comment:
Que padre que pases tan buenos momentos con tu hijo. Me ha tocado ver padres (hombres) que casi no tienen contacto con sus retoños una vez que se separan, porque a la mama no le da la gana. Hay que aprovechar lo mas que se pueda. Porque tienes un nene encantador ;)
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